Pocas cosas me producen un embrujo tan grande como la luna llena o como escuchar en directo una buena voz, y buena música.
Si mezclamos todo, doble embrujo.
Si mezclamos todo, doble embrujo.
Sarah Brightman (soprano británica) interpreta de forma magistral el Himno a la luna, el aria más famosa de la ópera Rusalka de Antonín Dvorak con libreto de Jaroslav kvapil (1901). El nombre de la ópera proviene de la mitología eslava donde Rusalka es un espíritu del agua que vive en lagos o ríos.
En el Acto I Rusalka le dice a su padre que se ha enamorado de un joven humano que suele cazar alrededor del lago y que desea convertirse en humana para poder abrazarlo.
Su padre, un espíritu de las aguas, le explica que si hace eso perderá la inmortalidad.
Pero Rusalka está decidida y su padre la envía a hablar con la bruja Jezibaba. Esta no es una bruja infalible y al transformarla en humana hace que pierda la voz.
Cuando va a ver a Jezibaba canta el Himno a la luna. En ella, le habla a la luna de su amor por el príncipe y le pregunta si él la corresponde.
Sarah Brightman. La Luna.
Scende la notte, tranquillità
Piano il buio respira
Solo la luna veglierà
Con argento ci coprirà
Dal grande cielo splenderà
Solo la luna veglierà
La luna della notte
Dolcemente ci proteggerà
La luna della notte
Dolcemente ci proteggerà
Scende la notte, e lei è la
Su tutto’l cielo lei regna
Con gentilezza lel guarderà
Illuminando la sera
Con gentilezza lel guarderà
Illuminando la sera
La luna della notte
Dolcemente ci proteggerà
La luna della notte
Dolcemente ci proteggerà
Luna non veglierà
Fuggirà
Luna scomparirà
Buio va, già giorno si fa
Notte sussurra addio
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