"Su mamá nació en el último tercio del siglo XX. No disfrutaba de algunas cosas que AFG sí tenía pero disponía de algo sumamente importante: la presencia de su madre al levantarse, al desayunar, para ir paseando al colegio, a la hora de salir para comer o volver a clase y a la hora de salir a casa para JUGAR, con mayúsculas, con los niños de la colonia.
AFG nació el último año del siglo XX. Los tiempos, en pocos años han cambiado enormemente. Que si TDT, MP5, Ipod, Ipad, tablet, PDA y otras tantas cosas complejas que nos han facilitado tantas cosas pero nos han llevado a aislarnos en burbujas perfectamente interconectadas a través de Internet a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia, o en la casa de al lado. Pero el cambio más revolucionario había sido la desaparición de mamá de todos esos importantes momentos y la falta de tiempo para jugar. Mamá ahora se pierde los primeros pasos, las primeras palabras y de ellas disfrutan las cuidadoras o, en el mejor de los casos, los abuelos.
Hoy día un niño puede llegar al colegio a las 7 de la mañana para quedarse en la guardería con otros niños somnolientos que le acompañarán en el desayuno porque mamá y papá tardan más de una hora en llegar al trabajo. Mamá no puede dejar de trabajar porque hay que pagar la hipoteca y el colegio, y en lugar de comer en casa y disfrutar de la familia, AFG tiene que comer en el comedor y hacer extraescolares para aprovechar de forma divertida, pero sobre todo productiva, el tiempo que resta hasta empezar las clases de la tarde.
A la salida queda poco tiempo para jugar. Por delante esperan al menos dos horas de deberes y después otras obligaciones: la hora del baño, la hora de la cena, la hora de ir a la cama.
Me pregunto si AFG será feliz, si terminará aborreciendo los libros o encontrándolos interesantes y divertidos.
Me preocupa el elevado porcentaje de fracaso escolar y me gustaría saber cuáles son sus causas.
Yo de momento me imagino en el futuro una nueva asignatura llamada “Historia del Juego”."
AFG nació el último año del siglo XX. Los tiempos, en pocos años han cambiado enormemente. Que si TDT, MP5, Ipod, Ipad, tablet, PDA y otras tantas cosas complejas que nos han facilitado tantas cosas pero nos han llevado a aislarnos en burbujas perfectamente interconectadas a través de Internet a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia, o en la casa de al lado. Pero el cambio más revolucionario había sido la desaparición de mamá de todos esos importantes momentos y la falta de tiempo para jugar. Mamá ahora se pierde los primeros pasos, las primeras palabras y de ellas disfrutan las cuidadoras o, en el mejor de los casos, los abuelos.
Hoy día un niño puede llegar al colegio a las 7 de la mañana para quedarse en la guardería con otros niños somnolientos que le acompañarán en el desayuno porque mamá y papá tardan más de una hora en llegar al trabajo. Mamá no puede dejar de trabajar porque hay que pagar la hipoteca y el colegio, y en lugar de comer en casa y disfrutar de la familia, AFG tiene que comer en el comedor y hacer extraescolares para aprovechar de forma divertida, pero sobre todo productiva, el tiempo que resta hasta empezar las clases de la tarde.
A la salida queda poco tiempo para jugar. Por delante esperan al menos dos horas de deberes y después otras obligaciones: la hora del baño, la hora de la cena, la hora de ir a la cama.
Me pregunto si AFG será feliz, si terminará aborreciendo los libros o encontrándolos interesantes y divertidos.
Me preocupa el elevado porcentaje de fracaso escolar y me gustaría saber cuáles son sus causas.
Yo de momento me imagino en el futuro una nueva asignatura llamada “Historia del Juego”."
Por cierto, mis hijos son tremendos!!!
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