lunes, 21 de enero de 2013

Crisis, what crisis?

Escucho la radio. Reconozco que últimamente la escucho cada vez con más frecuencia. Quién lo iba a decir? 
 
Y con las noticias y los debates me pasa igual. Empieza a parecerse a una auténtica adicción. Hago zapping entre una cadena de televisión y otra o entre una emisora de radio y otra, escuchando las noticias, buscando la opinión de los llamados expertos, esperando, que por fin, haya algo bueno que escuchar.
Las imágenes y las palabras me devuelven lo contrario de lo que quisiera ver y oir: guerras, muertes, desastres naturales, problemas económicos, despidos masivos, palabrería entre los políticos, falta de ideas para salir del problema.
Y yo me pregunto una y otra vez qué podemos hacer los ciudadanos de a pie. La destrucción de empleo, la falta de crédito, el miedo a lo que pueda venir, hacen que nos de miedo gastar el escaso dinero que nuestras hipotécas nos dejan de margen. Y sin embargo nuestros políticos nos piden que consumamos un poco más.
El miedo hace que no se vendan pisos, que no se vendan electrodomésticos, ni muebles, ni azulejos, ni aluminio, ni se viaje, ni se vaya a un restaurante, ni se vaya al cine. Que pensemos que no hay solución y que nunca saldremos de esta. En cascada, los diversos sectores de la economía, parece que se van desplomando como un castillo de naipes o una figura hecha con fichas de dominó. Consumir producto nacional sólo puede llevar a que otros países hagan lo mismo y eso hará que nuestras exportaciones y las suyas también sucumban a este desastre.
Y entre todo este caos, en un día frío aunque el sol aprieta como no lo hacía en varios días, yo me pregunto: ¿qué podemos hacer para salir de esto?
Imagino que ser fuertes y mirar hacia delante. O imaginativos y buscar alternativas.
 
 
 

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