jueves, 30 de mayo de 2013

Looking for the summer

Ver las noticias es todo un ejercicio de voluntad si tu objetivo es mantenerte sereno y optimista.

Las previsiones económicas no son buena, a pesar de todos los sacrificios que nuestra sociedad está haciendo. Ni siquiera parece que este año vayamos a tener un respiro. Es tremendo!!!!

Pero es que, si miramos las noticias sociales, políticas, la cosa es aún peor.

Está claro que ser optimista con tantas "buenas" noticias supone un gran esfuerzo cada día, cada momento.

Y ya empiezan a salir agujetas. Pero no hay que dejar de intentarlo.

Ser optimista es un esfuerzo que no nos podemos permitir el lujo de dejar de hacer.
 


 
Looking for the summer. Chris Rea

viernes, 24 de mayo de 2013

Lo que la vida espera de nosotros


He releído un libro de Viktor Frankl, " El hombre en busca de sentido" recientemente.
Creo que es de esos libros que deberían servir como libro de cabecera para consultarlo con frecuencia.
Me quedo con una idea:
" Lo que en verdad necesitamos es un cambio radical en nuestra actitud hacia la vida. Tenemos que aprender por nosotros mismos y después, enseñar a los desesperados  que en realidad no importa lo que esperamos de la vida, sino qué espera la vida de nosotros".
 Creo sinceramente que debemos ser los motores del cambio, no los espectadores pasivos.
 
 
 
 
 
 
 
Imagine. John Lennon

jueves, 16 de mayo de 2013

La bolsa de clavos....


...o cómo es que todo lo que hacemos o decimos deja huella.

A lo largo de la consulta, entre catarros, alergias, conjuntivitis y diabetes siempre se cuela algún paciente con problemas emocionales.

El ser humano, en su dimensión más auténtica es un ser social y es en esas relaciones interpersonales donde surgen roces y desencuentros.

A veces, me gusta sugerirles relatos para poder meditar. Y en los problemas de pareja, o entre padres e hijos, este siempre me parece una buena elección.


Esta es la historia de un joven que tenía muy mal carácter.
Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.
El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta.
Las semanas que siguieron, a medida que el aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta.
Descubría que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta.
Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día.
Después de informar a su padre, este le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter y demostrara paciencia.
Los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta.
Su padre lo tomó de la mano y lo llevo hasta la puerta.
Le dijo: has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma.
Cada vez que tu pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves.
Tu puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastara, y la cicatriz perdurara para siempre.
Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física.
 
 

Querida amiga (III): no pierdas nunca de vista el objetivo


Querida Amiga
Ayer estuve en la consulta del endocrino. Fue, como tantas veces, realmente frustrante.
Fue como toparse contra un muro, porque, como siempre, nos tratan a todas como un número más. Dando por sentado que queremos estar así, que no queremos hacer nada por cuidarnos y que no seremos capaces de conseguir el objetivo. Considerando, casi desde el principio que somos un caso perdido.
En la clínica había mucha gente. Eso sí, tienen un hilo musical, una máquina de café y revistas variadas en una mesa auxiliar. La mayoría de ellas, curiosamente te muestran la suerte que tienen algunas de ser guapas y esbeltas, y yo aquí con estas pintas. A pesar de todo, la puntualidad brilló por su ausencia. Tardaron casi una hora en atenderme. Y, ahora, con la perspectiva de haberme sentido humillada, me doy cuenta de que la espera no mereció la pena.
Nada más pasar a la consulta, sin mediar casi ni los buenos días, me subieron al peso.
No me dieron ni tiempo a explicar el motivo de la consulta cuando empezaron a freírme a preguntas.
- ..Yo venía a…
- Es usted hipertensa, diabética, tiene colesterol? ¿Cuántos años tiene? ¿algún obeso en la familia?
- (vaya realmente se parece mucho al seguro) Verá, tengo 45 años, no padezco ninguna enfermedad y vengo porque deseo perder peso.
- Como todas… ¿Tiene hijos?
- Sí, una de 14 y uno de 10 años.
- ¿Los embarazos y los partos fueron normales?
- Sí.
- ¿Algún obeso en la familia?
- Mi madre tiene también sobrepeso y mi hermana mayor también. No sé cuánto.
- Matilde, pésala.
- Mide 1,75 y pesa xxx kilos.
- En casa pesaba menos esta mañana…
- Normalmente en casa se pesa menos.
- Antes era delgada, con los embarazos, y sobre todo con la lactancia, empecé a engordar.
- Obesidad desde el embarazo.
Socorro! Había aparecido en escena el tremendo número de tres cifras. En ese instante me di cuenta de que estaba hundida. Tuve la sensación de que nunca, nunca, nunca, volvería a ser "normal". De pronto me di cuenta de que la fuerza con la que empecé el día se me iba de las manos. Noté que me mareaba, tuve la sensación de que me iba a caer y de que necesitaba que alguien me cogiera y me abrazara y me dijera que todo iba a salir bien.
Hoy, después de meditar un poco más en frío sobre la consulta de ayer, me doy cuenta de que hasta ahora no me había dado el tiempo suficiente para meditar sobre mis experiencias y mis sentimientos. Las horas de cada día se completan con labores que me absorben todo el tiempo y no me dejan ni un segundo para pensar sólo y exclusivamente en mí. Me doy cuenta de que ahora necesito ese tiempo.
Para finalizar la consulta me dieron una hoja que, estoy segura es la misma para todo el mundo
- Bueno, pues esta es la dieta que debe usted seguir. Venga de nuevo en tres semanas. Debe haber perdido al menos cinco kilos.
Las palabras del endocrino me sacaron de mis pensamientos. Acababa de darme cuenta de que estaba peor de lo que yo creía. Pero él no me miró a la cara, ni me escuchó. Ni siquiera indagó un poquito en lo que como ni en lo que he intentado hasta ahora para perder peso. Y todo eso me resultó realmente frustrante.

Tanto que me dan ganas de tirar la toalla. Espero que esta vez, tú me ayudes a no caer.
Con cariño
Tu amiga Sofía

The long road. Mark Knopfler

Querida amiga (II): cuaderno de bitácora

Querida Amiga
Hoy he conseguido cita para el endocrino. Todas las que reconocen haber hecho algo para adelgazar te indican la llave que abre todas las puertas.
- Pues yo intenté la dieta del yogur y la de la pizza y la del pomelo, pero nada. El médico de cabecera que lo que tenía que hacer era comer menos y moverme más. Pero, ¿qué se habrá creído? Si yo casi no como. Y no paro de moverme desde que me levanto hasta que me acuesto. Aunque no sé ni como es un gimnasio por dentro…todo hay que decirlo. Así que yo le exigí que me hiciera un volante para el endocrino.
El volante para el endocrino debe ser como la alfombra mágica o como la lámpara maravillosa. Te conduce a la puerta de la pérdida de kilos asombrosamente rápida y sin esfuerzo.
- Fíjate, Manuela engordó con su embarazo casi 25 kilos ¡qué barbaridad! Pero cuando dejó de darle el pecho a María fue al endocrino y se quedó mejor que antes. Está guapísima….
Lo cierto es que ya la primera impresión ha sido mala. No es la primera vez que lo intento y cada vez me veo menos capaz. Pero es que se te quitan las ganas.
- Centro Médico San Lucas, ¿Dígame?
- Si, yo quería cita para el endocrino.
- ¿Qué doctor le atiende?
- No sé, es la primera vez que pido cita. Quizá pueda orientarme. Quiero perder peso.
- Sí, claro! Como todas antes del verano. Hoy a las 19.30 con el doctor Ibáñez.
- ¡Qué rápido! Estupendo. Gracias.
Cuando decidí tener mi primer hijo me hice de una sociedad privada. Yo quería a toda costa la epidural y en la seguridad social, según mis amigas, dependía un poco de la hora a la que acudieses y del que atendiese el parto.
Es curioso, al final mi parto fue totalmente “natural”. Eso sí, al ingresar me pincharon la raspa, no sé muy bien para qué y me dijeron que si me dolía avisase a la matrona para pasarme la perfusión de anestesia. El caso es que para cuando quise avisar la cabecita de mi hija ya estaba casi fuera y no hubo tiempo para anestesias. A Dios gracias, fue un parto rápido y ver su cara me recompensó de los dolores porque todavía me pregunto para qué me hicieron doblarme como una pescadilla de 93 kilos embarazada de 42 semanas con dolores de parto, para dejarme el dichoso catéter en la espalda.
Bueno, gracias a esta sociedad, y sin necesidad de volantes, esta tarde me ve el endocrino. Esta noticia grata me ha hecho perder medio kilo. Aunque bien pensado, sólo he desayunado un vaso de té verde, que tengo entendido que es antioxidante, y a media mañana un café bebido con leche desnatada y sacarina.
Aquí estoy frente a mi armario, estudiando escrupulosamente mi escueto vestuario. Digo escueto porque aunque no hay sitio ni para un alfiler, la mitad, por no decir las dos terceras partes de lo que cuelga de las perchas espera a que pierda al menos siete u ocho kilos que es lo que pesaba de menos hace un año. Así que no tengo mucho para elegir y además tampoco hay mucho que adornar. El espejo del armario me devuelve una imagen que apenas reconozco. En mi cabeza aún me veo esbelta, con 65 kilos, cintura breve y caderas, eso sí, anchas. El hueso de mis caderas ante sobresalía a través de la ropa y ahora yace oculto entre unos cuantos centímetros de grasa. Y pensar que con 30 kilos menos me veía gorda y estaba siempre acomplejada de mis piernas!!!!!.
Eso sí que es dismorfofobia y no lo de ahora. Ya que la fobia no es por un defecto pequeño que mi cabeza exagera sino por un defecto real. Mis braguitas tipo faja no hacen su labor de esconder estos rollizos michelines que ocupan mi anteriormente esbelta cintura. Era lo que más destacaba de mí. Podía ponerme cualquier cinturón, de los que tanto me gustan y que aún conservo no sé muy bien para qué. Mis piernas han ido aumentando tanto el volumen que ya se ha perdido la frontera con la rodilla.
En fin! Tanto rato para nada. Finalmente me pondré lo de todos los días. El pantalón vaquero con la camisa blanca y las botas color crudo.
Impulsivamente voy a la despensa. La abro. Busco la caja de bombones que me regalaron ayer y me como dos…bueno, tres.
Inmediatamente me siento mal por lo que acabo de hacer. Me doy cuenta de que todos mis propósitos por perder peso en estos últimos 7 años han sido infructuosos porque aunque empiece el día con la dieta, en el momento menos esperado un impulso me lleva a la despensa y como impulsivamente lo primero que se me pone al alcance. Me da la sensación de que esta lucha no va a ser fácil. Cierro la caja y la despensa y me voy a cepillar los dientes. Mientras pienso que en realidad no debo quererme mucho y que posiblemente esa sea una de las principales causas de todo este desastre. Mi afán de perfeccionismo, de superación en el mundo profesional, de llegar a conseguir logros importantes hace que me exija mucho, dejando siempre de lado la parte personal y emocional. Que me olvide de que debo tener tiempo para disfrutar de mi familia, de mis amigos, de hacer cosas que me gusten.
Mañana te cuento cómo me ha ido en la consulta.
Con cariño
Tu amiga Sofía
 

Querida amiga (I): De hoy no pasa: iniciar una dieta o el baile de números

De hoy no pasa. Si llego al final de este nuevo reto victoriosa habré comprendido cómo he llegado hasta aquí y como encontrar otro camino, mi camino. Si no, quedará como uno más de tantos intentos que inicio y que no acabo.
De hoy no pasa es una expresión muy frecuente en personas que tienen problemas similares a este. Es como un acto reflejo, no exento de ánimo y buenos propósitos, que salta como un resorte cada mañana. Pero la realidad es que la mayoría de las veces el hoy sí pasa, y pasará incluso mañana y el objetivo nunca se alcanza.
Sin embargo, el "de hoy no pasa" no ha entrado en escena como es habitual a primera hora de la mañana, sino que curiosamente ha aparecido muy pasado el medio día y me da la sensación de que finalmente viene en serio. Pero ¿porqué hoy? Quizá porque en unos días cumpliré 47 y es que me da la sensación de que esto del paso del tiempo empieza a darme vértigo.
Aunque realmente no creo que sea sólo el cumplir años. ¿Qué tiene hoy de especial? Estoy haciendo un curso y para comer he entrado en un restaurante vegetariano. Me apetecía variar. Hoy también tiene de particular que hace un día espléndido, soleado, de temperatura agradable. He salido pronto del curso para llegar con tiempo y comer sin prisas. De hecho tengo una hora y media por delante. Aunque como sola, estoy en un restaurante y sé que no tengo que correr y puedo disfrutar de la carta y de las sensaciones auditivas, olfativas y visuales que vienen de la cocina. La comida, no será precipitada e improvisada sino que se me ofrecerá tranquila, serena y programada por los diligentes y agradables camareros. Observo a los demás. La luz del restaurante es anaranjada, lo cual le da un toque de serenidad. Está decorado con flores secas, cuadros de motivos silvestres, muebles rústicos y lámparas que parecen sacadas del arcón de la abuela. Tiene pocas mesas, pero muy acogedoras. Parece que en su interior el tiempo ha parado y por fin han desaparecido las prisas y el estrés de la gran ciudad. No se oyen los coches a pesar de estar en medio de la Gran Vía madrileña, sólo una música relajante y el tenue murmullo de las conversaciones de las mesas vecinas. Incluso parece que a la gente le da cierto pudor romper el silencio y ha cambiado el tono estridente y agresivo cada vez más habitual cuando nos cruzamos por la calle, por una faz relajada y una voz queda.
La carta tiene nombres muy sugerentes. Cierro los ojos y me imagino el Cous Cous con verduritas y aroma de cardamomo, el crujiente de verduras con salsa de soja, la crema de puerros con avena (hummmmmm!). Tomo cada bocado despacio, disfrutando del colorido, de la presentación del plato y de los sabores, algunos, novedosos para mí. Pienso en cómo he podido llegar a lo que soy en la actualidad. Cuando me veo en las fotos no me reconozco y pienso que me será imposible volver atrás nunca más. Y yo creo que ese pensamiento negativo es una fuerza intangible que tira de mí hacia atrás y me obliga a repetir cada mañana, "de hoy no pasa tengo que cuidarme". Analizo qué factores pueden influir en que mi organismo haya decidido dar un giro hasta el punto de haber engordado 30 kilos en siete años.

Por fin he nombrado lo innombrable. Ha sido como quitarme los 30 kilos de golpe. Aunque dicho así, son sólo cifras, en concreto, dos. El 7 y el 30. Pero ¡30 kilos! es algo más que una cifra. 30 kilos entre 7 es algo así como 4,3 kilos cada año. Empieza a parecer un baile de números. Treinta es un número tremendo, pero sólo para mí porque en realidad es un número más, aunque minúsculo, en el infinito mundo de las matemáticas. Es tan tremendo que su evocación en mi mente pesa como una tremenda losa. Es casi la mitad de lo que pesaba antes y supone el tercio que ahora me sobra. Es un número que hace que ahora no me reconozca. Es el año de mi vida en el que todo empezó a cambiar.
Pero ¡basta ya! de lamentaciones. Ya he dicho que de hoy no pasa. Me siento capaz de cambiar lo que no me gusta y de hacer caso a los que con sabias palabras quieren asesorarme. No existen varitas mágicas, no existen pociones milagrosas. Sólo existe la fuerza de voluntad y el autocontrol. Quizá sea el primer paso para conseguir mi objetivo. Por lo tanto la primera frase que hasta ahora me venía a la mente cada mañana cambiará. A partir de este mismo instante, será ....¡Manos a la obra!


(ficción basada en mis charlas con las pacientes que quieren perder peso. Un homenaje a ellas. Algunas han conseguido llegar al final del camino, pero sólo y exclusivamente porque realmente se lo han propuesto)



Parece que sé lo que me hago con una cámara en mano pero NO ES CIERTO!!!

 

Hay dias....

.... más bien semanas,  en los que todo parece ir mal. En que los problemas, por más que pretendas solucionarlos, no hacen más que crecer y crecer como si de una bola de nieve se tratase.
En los que por más que pretendes mantener la serenidad en el alma y la frialdad en la mente para ser justo, razonable y equitativo a la hora de buscar soluciones, lo único que consigues es perder la sonrisa y ganar un tremendo dolor de cabeza de esos que tarda días en quitarse.
Hay veces en los que tu hijo te pregunta ¿porqué? y no sabes qué responderle ya que si le dijeras lo que realmente pasa por tu cabeza sólo contribuirías a que él también perdiera la sonrisa y la inocencia al ver que los adultos, a veces, nos comportamos de forma absurda. Y no sabes qué responderle porque lo que te pide el cuerpo es decirle que detrás de las buenas palabras y las falsas buenas intenciones los adultos sólo tratamos de conseguir nuestro propio beneficio, aunque en el apartado de costes tengas que poner la mirada triste de un niño que no entiende porqué es excluido.
Que detrás de un falso buen rollo lo único que pretendemos los adultos es tejer los hilos para llegar cada uno a su propio objetivo.
Sin embargo esta vez no utilizaré la cabeza sino el corazón para responderle ya que yo, prefiero enseñar a mis hijos que lo verdaderamente importante es luchar por lo que uno cree que es justo. Luchar por la paz, la concordia, la integración.
Que es importante incluir a todos en las reglas del juego.
Que es fundamental hacer nuevos amigos pero no dejar nunca atrás a los viejos.
Que hay que intentar ser siempre elemento integrador y no disolvente.
Que es preferible quedarse un paso atrás y no conseguir el primer puesto sin con ello contribuyo a que todos lleguemos a la meta.
Y seguramente que él, como tantas veces cuando tratamos los problemas que nos preocupan de forma franca y desde el corazón, será capaz de resolver la ecuación de la forma más simple y justa posible.
Lástima que para la mayoría de los seres humanos el instinto primario de proteger la manada, mi manada, prevalezca por encima del bien común. Lástima que no desarrollemos más los valores que nos hacen realmente humanos.
 

Just an illusion. Imagination

miércoles, 15 de mayo de 2013

Cuando me amé de verdad


Cuando me amé de verdad comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta y en el momento exacto y entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene un nombre…”AUTOESTIMA”

 Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no es sino una señal de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es…”AUTENTICIDAD”

 Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente y comencé a ver todo lo que acontece y que contribuye a mi crecimiento. Hoy eso se llama…”MADUREZ”
Cuando me amé de verdad, comencé a percibir como es ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona, solo para realizar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o la persona no está preparada, inclusive yo mismo. Hoy sé que el nombre de eso es…”RESPETO”

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable…, personas, situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio mi razón llamó esa actitud egoísmo. Hoy sé que se llama "AMOR PROPIO”

 Cuando me amé de verdad, dejé de temer al tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé que eso es…”SIMPLICIDAD”

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y con eso, erré menos veces. Hoy descubrí que eso es la…”HUMILDAD”

Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama…”PLENITUD”
Cuando me amé de verdad, percibí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, ella tiene una gran y valiosa aliada. Todo eso es…”SABER VIVIR!!!!!”

“ No debemos tener miedo de confrontarnos……hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas. ”



Charles Chaplin

What do you need?

 
 
You don’t need to defend.
You don’t need to prove.
You just need to BE.

martes, 14 de mayo de 2013

La amistad

Uno de los momentos más importantes del día es el reencuentro con la familia. En este reencuentro procuramos hablar sobre cómo hemos pasado el día y me gusta que sirva como reflexión sobre lo que hemos podido aprender sobre nuestras experiencias cotidianas.
 
La vida es un continuo devenir de emociones que van desde la más absoluta felicidad a la más terrible de las tristezas pasando por la incertidumbre, el miedo, la satisfacción, el cansancio, la ilusión, el desencuentro, la frustración, el empeño, la relajación o la tensión, por nombrar algunas.
 
En los últimos días hemos recapacitado sobre la amistad, sobre todo por el gran protagonismo que tiene durante la infancia o la adolescencia aunque, por supuesto, no es exclusiva de estas etapas ya que, como decía Aristóteles,  "sin amistad nadie querría vivir, aun cuando poseyera todos los demás bienes; porque ¿de qué sirve esta clase de prosperidad si se la priva de la facultad de hacer el bien, que se ejerce preferentemente y de modo más laudable respecto a los amigos?"
 
Pero creo que no descubro nada nuevo si digo que es difícil encontrar verdaderos amigos, de aquellos que aunque pasen siglos, cuando te vuelves a ver es cómo si hubieran pasado sólo unos días. Con los que te sientes tan a gusto que sobran los disfraces y te puedes mostrar tal cual eres. Con los que compartes tus miedos, tus éxitos, tus alegrías, tus penas. De aquellos que se manifiestan contigo tal y como son, sin disfraces, sin hipocresía, y te hacen partícipe  de sus alegrías, sus miedos, sus logros, sus tristezas. Porque la amistad verdadera no se ve menoscabada por el tiempo sino que crece y se nutre por la autenticidad de nuestro intercambio mutuo.
 
Posiblemente el primero que lo puso de manifiesto fue Aristóteles, en Ética a Nicómaco ya que para él, la naturaleza humana es esencialmente social y el hombre tiende por naturaleza a la vida en comunidad.
 
A lo largo de nuestra vida nos cruzamos con muchos saludadores, algunos conocedores y unos poquitos amigos (tal y como decía Josep Pla) siendo todo un logro distinguir entre unos y otros, identificar realmente a los últimos y cuidarlos como si de un tesoro se tratase. Para Aristóteles hay tres tipos de amistad.
 
La primera es la perfecta. Es la que según él, se da entre los hombres buenos e iguales en virtud ya que ambos desean el bien de los demás. Esta amistad es la duradera y está basada en la confianza mutua y en la imposibilidad de agraviarse.  No obstante es la menos frecuente. El deseo de amistad cuando conocemos a alguien nuevo puede surgir de forma rápida, pero la amistad duradera surge sólo en algunas ocasiones. Y es rara porque es difícil conjugar la existencia de dos personas iguales en virtud que sólo desean el bien de los demás.
 
La segunda, es la que surge entre aquellos que se quieren por interés, en la medida que se benefician en algo los unos de los otros.
 
La tercera, es la de los que sólo buscan el placer o su propia complacencia.
 
Estos dos tipos de amistad son imperfectos y poco duraderos y las personas que sólo buscan el propio provecho no son buenos amigos.
 
La amistad se basa en el amor, el respeto hacia el otro,  la verdad, la confianza, en disentir sin hipocresía y en abrir libremente el propio interior. Se basa en compartir, en conversar, en conocerse y en ser capaces de compenetrarse. En la sinceridad, en hablar sin rodeos. Y se basa en la generosidad de no reparar en los defectos que todos tenemos y en conceder un amplio crédito al amigo. En la amistad se establece una relación de igualdad con el otro, de manera que tanto Aristóteles como Cicerón consideraban que el amigo es otro yo.
 
Aristóteles también considera que la amistad reside en el querer de forma activa ya que si el amigo se limita sólo a esperar beneficios, la amistad desaparece.
 
Con tantos requisitos para considerar la amistad perfecta es evidente que los amigos verdaderos suelen ser pocos. No obstante, según algunos estudios, las personas que son capaces de mantener mejores relaciones con sus amigos disfruta de una mayor longevidad.
 
Así que como tarea para hoy, descubrir cómo somos nosotros como amigos, cuántos amigos verdaderos tenemos  y cuánto tiempo les dedicamos.
 
Posiblemente si intentamos durante más tiempo pasar buenos ratos con los amigos podamos, no sé si vivir más tiempo, pero al menos sí ser más felices.



 

lunes, 13 de mayo de 2013

La imaginación es más importante que el conocimiento

Cuentan que, en la Edad Media , un hombre fue injustamente acusado de asesinar a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona influyente y por eso buscaron a un "chivo expiatorio" para encubrir al verdadero culpable.El hombre fue llevado a juicio, conociendo que tendría poca oportunidad de escapar al veredicto: culpable.
 
El Juez, también cómplice, cuidó de que pareciera un juicio justo y le dijo al acusado:- "Conociendo tu fama de hombre devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tu escogerás uno de ellos y será la mano de Dios la que decida tu destino"Por supuesto, el juez corrupto había preparado dos papeles con la misma leyenda: "CULPABLE". La pobre víctima se dio cuenta que era una trampa. No había escapatoria.

El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. El hombre inspiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados pensando, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, escogió y agarró uno de los papeles y, llevándolo a su boca, lo engulló rápidamente.
 
Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon airadamente.- "Pero... ¿qué hizo?... ¿Y ahora?... ¿Cómo vamos a saber el veredicto?"
 
"Es muy sencillo" respondió el acusado, "Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos qué decía el que yo escogí"Con rezongos y disgustos mal disimulados, tuvieron que liberar al acusado, y jamás volvieron a molestarlo.
 
*Moraleja: *Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento.¡¡¡ SÉ CREATIVO !!! CUANDO TODO PAREZCA PERDIDO, USA LA IMAGINACIÓN.
 
Sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.Albert Einstein