Ultimamente, viendo como cada vez más descaradamente los medios de manipulación nos hablan de lo que a los de arriba les interesa y no de lo que a la mayoría de la gente les importa, creo que se ha instaurado una conspiración de silencio.
Es mejor hablar de fútbol, de gran hermano, de los vestidos de los goya y de los óscar, del discurso de la verdú, que de la triste realidad.
Así de triste. Nuestra sociedad está enferma, terminal. Pero los que nos tienen que poner el tratamiento también han optado por la conspiración de silencio mientras tiran la toalla.
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