En un mundo tan global como el actual, en el que la información viaja de un lado al otro del planeta en cuestión de segundos, en el que parece que estamos todos más interconectados que nunca yo tengo la sensación de que el ser humano se siente más solo que nunca.
Sobre todo en las grandes ciudades.
Falta el diálogo y la comunicación directa.
Parece que todo hay que decirlo ahora por mail, sms o whatsup.
Y no exagero ni un poco.
Hace unos días, cenando con mi familia, en la mesa de al lado había una pareja. No se miraban a los ojos. Mantenían la vista en la pantalla de sus móviles. A lo mejor se estaban diciendo te quiero por whatsup pero parecían pasarselo bien cada uno a lo suyo.
Y no exagero ni un poco.
Hace unos días, cenando con mi familia, en la mesa de al lado había una pareja. No se miraban a los ojos. Mantenían la vista en la pantalla de sus móviles. A lo mejor se estaban diciendo te quiero por whatsup pero parecían pasarselo bien cada uno a lo suyo.
Es más fácil así. Escondemos nuestro yo más intimo al hacerlo así.
Y tener 2548 amigos en facebook o 387564 seguidores en twitter no nos hace más felices. Y esta falta de comunicación directa y franca la suplimos con visitas a un psicólogo o al psiquiatra.
Necesitamos, más que nunca, el contacto de otro ser humano. De alguien que nos diga creo en tí. Con uno sólo nos vale. Lo veo cada día en los ojos de muchas personas.
Creo en tí. Miguel Bosé
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