Tengo que agradecer que el servicio de alergología del Hospital Niño Jesús nos haya permitido tolerar el huevo. Es un gran avance y una tranquilidad saber que los niveles de IgE específica y que las pruebas cutáneas han mejorado y que mi hija puede comer huevo sin restricciones.
Una tranquilidad porque nadie se imagina el tostón que es hacer una compra y una comida libre de huevo o de trazas de huevo y nadie se imagina la intranquilidad que supone que tu hija coma fuera de casa o se vaya de excursión y convivencias. El corazón te da un vuelco cuando recibes la temida llamada que siempre, inexorablemente, empieza diciendo: "no te asustes"
Porque lo que viene después de escucharlas es un vuelco en el corazón, seguido de una taquicardia y unas ganas enormes de ser un pájaro para salir volando hacia donde se encuentra ella y comprobar in situ la gravedad de la reacción.
Ahora la complicación y el reto es mantener la dieta diaria con huevo o trazas de huevo.
A diario debemos comer algo cocinado con huevo y cada 48 horas debemos comer huevo poco hecho o en crudo (mahonesa, ensaladilla, huevo frito....) por lo que la dieta sana es complicada. Pero, imaginación al poder. A cambio obtenemos tranquilidad, y mucha.
Y felicidad. Somos felices. Mi hija es feliz.
Y felicidad. Somos felices. Mi hija es feliz.
Aunque, en su encuesta de satisfacción sigue puntuando como preocupante, el hecho de que la mayoría de la gente no le de ninguna importancia a este problema de salud que puede costar la vida al que lo sufre si no se tiene la suficiente precaución.
Sweet child o´ mine. Guns and Roses
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