A veces uno se empeña en esperar cosas que no llegan. Un detalle, una mirada, una pregunta de verdadero y sentido interés por tu vida. Lo realmente importante no se compra en una tienda.
Y de pronto, recibes un regalo de alguien inesperado.
Que te regalen algo que alguien ha hecho para ti con sus propias manos no tiene precio pero, si se acompañan de palabras como "nunca olvidaré cómo se alegró usted, conmigo, cuando mis resultados dieron bien", es absolutamente único.
Gracias a ti. Por comprender que mi trabajo es precisamente ese. ACOMPAÑAR Y CUIDAR.
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