martes, 11 de junio de 2013

Relato corto: Crónica de la infelicidad y del primer paso hacia la infidelidad

Querida amiga
Hoy he sentido los nervios de una principiante mientras conducía al punto de encuentro. Después de tontear por mail, él ha dado el primer paso.
Yo sólo conocía su voz, que me acompañaba cada día en el atasco de rigor para ir a trabajar.
Cada mañana ansiaba el momento de sentarme en el coche y sintonizar su emisora.
No sé bien qué día dejó de importarme el atasco de la gran ciudad porque cuanto más atasco había más tiempo podía escuchar su voz y más tiempo tenía para construir en mi mente una imagen varonil, madura y seductora. Una imagen que me mirara a los ojos, que me tendiera la mano y que me hiciera sentir única y especial.
Que me hiciera sentir que yo le importaba a alguien. 
No recuerdo bien el día que se me ocurrió escribir el primer mail. Sí recuerdo que eran sobre las ocho de la tarde y que me encontraba en casa terminando un trabajo delante del ordenador.
Justo cuando iba a cerrarlo para ir a preparar la cena me decidí a enviar el mail.
Creo que en el fondo no esperaba que respondiera. Pero sorprendentemente tardó menos de cinco minutos en hacerlo.
Mientras preparaba la cena comenzó un ir y venir de la cocina al ordenador y una cadena de mensajes. Me sentía como una colegiala.
Así, un día tras otro hasta que llegó el momento en el que necesitaba dar un paso más.
Y el día elegido fue precisamente hoy.
Me he levantado muy decidida e ilusionada. ¡¡Hacía tiempo que no me sentía así !!!
Hacía mucho tiempo que nadie esperaba así por mí.
Me he cambiado de ropa cerca de veinte veces porque no me sentía capaz de dar con la combinación exacta que me hiciera sentir a gusto para una ¿primera cita?

Me he maquillado casi a ciegas...no era capaz de mirarme directamente a los ojos cuando me he puesto delante del espejo. Quizá porque pensaba que mi otro yo me iba a devolver una mirada de desaprobación absoluta por lo que estaba a punto de suceder. Pero ¿Qué iba a suceder?  Lo que es peor, ¿Qué es lo que quería que sucediera? ¿Qué esperaba de este encuentro? He empezado a asustarme.
No era capaz de recordar la última vez que sentí los mismos nervios previos al encontrarme con Manuel.
Hace ya tanto tiempo que no somos capaces de dedicarnos los mismos besos, las mismas caricias, la misma mirada, ni compartir  la misma ilusión que al principio, que ya ni me acuerdo.
Hace ya tanto tiempo que no siento el mismo deseo en su mirada... Más bien siento desaprobación y reproche.... Quizá  como reflejo de los míos. Todo es rutina y desilusión.
Al bajar al garaje me he mirado en el espejo del ascensor. Es como un acto reflejo que repito cada día. Y al mirarme a los ojos he visto unos ojos ilusionados y temerosos. Mis ojos brillaban. Nada que ver con la imagen triste y descorazonada que me devuelve el espejo cada día. 
Y quizá eso es lo que ha hecho que empezara a tener dudas.
Me he mirado de nuevo a través del espejo retrovisor para comprobar que todo estaba en su sitio. Me ha sorprendido  ver que aunque mis ojos transmitían algo de temor, volvían a tener brillo, el brillo de la ilusión.
Cuando he llegado al punto de encuentro, su oficina, mi temor ha ido aún más en aumento.
Su secretaria le ha notificado mi llegada mientras me invitaba a sentarme en la sala de espera. Me sentido tan desconcertada que he preferido esperarle en la calle.
No dejaba de pensar ¿qué estás haciendo aquí? ¿ tú estás bien de la cabeza?
Cuando ha venido a buscarme he descubierto que su aspecto es diametralmente opuesto a lo que yo había imaginado. Y he tomado conciencia de que yo tenía unas pretensiones muy diferentes de las suyas y me he sentido tremendamente incómoda.
He contado los minutos hasta que este primer encuentro, que será el último, ha llegado a su fin.
No ha habido más contacto físico que el de los dos besos de saludo y los dos besos de despedida, fruto de esa manía tan española de saludar a los desconocidos con dos besos y no con un simple apretón de manos.
Cuando nos hemos separado he emprendido el camino hacia el coche. Al principio caminaba despacio, como mareada. Necesitaba coger aire. Me sentía confusa. Tenía ganas de salir corriendo y es justo lo que he hecho.
De pronto he comenzado a correr. Cada vez más rápido, hasta que el dolor muscular, causado por meses de inactividad, me ha hecho tomar conciencia de que todo había sido muy real. No un sueño. He llegado al coche totalmente descolocada, despeinada, desorientada, sudorosa y dolorida. Sentía dolor físico pero también en mi alma.
Después de unos minutos de desconcierto ante la imagen que me devolvía el cristal me he dado cuenta de que había comenzado una huida hacia adelante, por el camino más fácil. Pero me he dado cuenta a tiempo. Mientras empezaba a recomponerme un poco me ha entrado la risa. Una risa nerviosa y desconcertante que ha acabado en lágrimas.
Y he decidido empezar el camino de nuevo en busca de el reencuentro.
 
Relato de ficción. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
 

 

Fade into you. Mazzy Star

I want to hold the hand inside you
I want to take a breath that's true
I look to you and I see nothing
I look to you to see the truth
You live your life
You go in shadows
You'll come apart and you'll go black
Some kind of night into your darkness
Colors your eyes with what's not there.

Fade into you
Strange you never knew
Fade into you
I think it's strange you never knew

A stranger's light comes on slowly
A stranger's heart without a home
You put your hands into your head
And then smiles cover your heart

Fade into you
Strange you never knew
Fade into you
I think it's strange you never knew

Fade into you
Strange you never knew
Fade into you
I think it's strange you never knew
I think it's strange you never knew.

2 comentarios:

  1. Nunca llegaste a saber que sintió al verte por primera vez, una oportunidad perdida, tal vez su corazón palpitó como nunca lo había hecho antes, y sintió la frustración del rechazo y de una ilusión perdida, tal vez tu imágen fué la de una diosa que se perdió para siempre.

    ResponderEliminar
  2. Quién sabe?
    Pero, porqué no hacer palpitar así de nuevo el corazón de la persona que había elegido para pasar el resto de su vida?
    La vida son elecciones y nuestra heroína decidió romper la rutina y reecontrarse de nuevo con su amor.

    ResponderEliminar