El desánimo cada día tiene más protagonismo en nuestras vidas.
Sólo algunos pocos se libran de tener a alguien cercano azotado por la crisis y el paro.
Y los pocos que tienen trabajo viven en un sinvivir con el miedo de perderlo, con la presión de hacer más por menos, con el agobio de no llegar a fin de mes.
Los síntomas emocionales y psicosomáticos siempre han tenido un importante protagonismo en la consulta del médico de familia pero cada vez más y más pacientes manifiestan síntomas que, a veces, no saben definir muy bien. No pueden dormir, les falta energía, no sienten ilusión por nada, ven el futuro con desesperanza.
Es difícil, cuando llevas varios casos similares y teniendo como tiene una sus propios sentimientos y preocupaciones, mantener la compostura y poner al mal tiempo buena cara.
Y no me queda más remedio que intentar arañar unos minutos para cada uno de ellos y recomendarles un cóctel que me parece infalible para volver a encontrar el centro de gravedad y recomponerse: Dedicar un poco de tiempo para la espiritualidad (si es posible con buena música, relajante)
Volver a reencontarse con uno mismo: en la era del whatsapp, el Facebook, el twitter, instagram y no sé cuántas historias más, uno habla mucho con los demás, comparte mucha información, pero se comunica poco. Con los demás y con uno mismo. , con los demás y con uno mismo.
Viktor Frankl, padre de la logoterapia, les preguntaba a sus pacientes: ¿Porqué no te suicidas?
El objetivo no era dar ideas ni mucho menos, sino descubrir de un plumazo el sentido último de cada uno para enseñarle el camino de la esperanza.
Cada uno debe reencontrarse con aquello que le motiva, que le mantiene en movimiento, que le permite seguir adelante.
A veces las personas nos aferramos a fantasmas del pasado y nos negamos a ver que ahora vivimos otra realidad. Son cadenas que nos bloquean. Que nos inmovilizan. Que hacen que no seamos capaces de seguir adelante.
Muchas veces nos regocijamos chapoteando en nuestras miserias y en nuestros fracasos, en lugar de levantarnos, sacudirnos el polvo de la ropa y seguir caminando.
Nos empeñamos en llevar una mochila en la espalda llena de cosas inútiles y prescindibles olvidando que siempre tenemos motivos para ilusionarnos, ser felices, tener proyectos y, lo que es mejor, ponerlos en práctica.
Es fundamental admitir nuestro presente y nuestra realidad para adaptarnos a ella.
Lo acaba de estudiar mi hijo en cono: fundamental para sobrevivir....adaptarse al medio.
Si esta lección la aprenden los niños de 4º de primaria, ¿ Porqué se nos olvida tan fácilmente?
Give me one reason. Tracy chapman
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